La fachada es la parte de tu vivienda que más sufre el paso del tiempo; desde fuertes lluvias, hasta el sol más potente del verano. Sin embargo, tendemos a posponer su rehabilitación demasiado por miedo a las obras, y no nos damos cuenta de lo caro que sale a la larga no cuidar tu fachada. 

Aunque no lo parezca, una buena fachada es capaz de revalorizar mucho el precio de tu vivienda, además de que, por supuesto, es la carta de presentación de tu vivienda y ¡que no te mientan! las primeras impresiones cuentan ¡y mucho!. 

Pero, además de revalorizar tu vivienda y de lucir mucho más cuidada, te ahorrará dinero cada mes. ¿Por qué? Muy sencillo. 

Un buen aislamiento te protegerá de esas humedades que tanto odiamos, y te permitirán reducir tu consumo energético. Eso se traduce en menos gastos. 

Eficiencia energética, el gran deseo de muchas viviendas

A la hora de comprar una vivienda, uno de los datos a tener en cuenta suele ser la certificación energética de esta. Mucha gente no le da la importancia que tiene, convirtiéndose en el dato que más se ignora. 

Tu confort en casa depende en gran parte a la temperatura de tu hogar, por lo que un buen aislamiento es lo más adecuado para asegurar que estés a gusto en casa. Además, no olvidemos que la sostenibilidad es un elemento que cada vez cobra más importancia. Por lo que en ocasiones, la rehabilitación de fachadas antiguas acaba siendo obligatorio. 

Reduce riesgos

No te arriesgues a que, un día de temporal o de fuertes lluvias, una fachada deteriorada te busque problemas. 

Evite desprendimientos que puedan poner en riesgo la seguridad de los transeúntes. 

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